jueves, 1 de noviembre de 2012

No somos el 99%


Por supuesto que con la afirmación que da título a este artículo no quiero discutir el porcentaje de apoyo social de tal movimiento o tal otro.

A donde voy es a que una y otra vez señalamos a los políticos como los culpables de todos los males. Eludimos nuestra responsabilidad. Los políticos no son más que unos peleles que están ahí para eso.

Somos nosotros los que mantenemos esta máquina funcionando cada día. Con nuestro conformismo, con nuestra docilidad. Con nuestra colaboración activa.

El poder no está aislado de la sociedad. En realidad siempre es una cadena. Necesita de mucha gente para imponerse.

Algunos hablan de la necesidad de increpar a estos políticos por la calle. No tratarlos como si fueran gente respetable. Pues bien, vayamos más lejos. Si aceptamos que el poder es una cadena, veamos por donde pasa y hasta donde llega. Sin miedo a lo que podamos encontrarnos. Olvidémonos un rato de los políticos y mirémonos a nosotros mismos para empezar. Luego miremos a los periodistas, los jueces, la policía, los carceleros, el ejército... y veamos lo que toca a cada uno. Apliquemos lo mismo y digamos: no somos, no sois gente respetable. Somos, sois, una pieza más de la máquina que nos tritura cada día.

Sólo si aceptamos la verdad, por dura que sea, podremos empezar a hablar de un auténtico cambio. Un cambio que por fuerza debe ser desde dentro hacia fuera.

martes, 23 de octubre de 2012

Tecno-optimistas al rescate

El siguiente texto es una contestación a este artículo publicado recientemente en el blog Historia-Economía-Filosofía.

Su autor se empeña en amoldar la realidad a su ideología. Algo que por supuesto negará mil veces. Ya que le han enseñado que las ideologías son el comunismo, el anarquismo... pero nadie le ha dicho que el parlamentarismo, que el BAU, es también una ideología.

Echa mano de todo lo que pilla. Y le intenta dar la apariencia de una visión holística del mundo.

Se puede observar como algunas personas estamos tan hasta las narices de nuestra vida, que la perspectiva de un colapso de la sociedad nos parece atractiva. Un mundo lleno de destrucción es preferible a la catástrofe diaria de nuestras vidas. Pues bien, el citado autor nos viene a fastidiar las ilusiones de ver como esta mierdosa sociedad se va algún día al carajo. Nos recuerda que él, y otros idiotas como él, trabajan sin descanso para mantener esta sucia realidad imperturbable. Con toda su desesperante rutina, su falta de dignidad, de libertad...

Junta el análisis de la probabilidad de un colapso con sus deseos. Y apela al humanismo. A nuestra capacidad para adaptarnos y enfrentar retos. Pero enfrentarlos dentro de unos límites, claro. Esa confianza en el ser humano parece que no alcanza para enfrentar un escenario de colapso.

En los comentarios de su anterior artículo declara que no es un revolucionario. Y frecuentemente habla de pedir a los políticos tal y cual. Por un lado se puede decir que hace la pelota a la humanidad, pero luego reduce el campo de actuación de dichos humanos a presionar a los políticos en esta o la otra dirección.

Como no tenemos bastante con el aumento de temperatura que hemos causado en el planeta. Y con el que queda por producirse. Este super-optimista tecnológico pasa de mencionar el calentamiento global, y se va directo a hablarnos de como vamos a conseguir más energía para seguir manteniendo el tinglao.

De paso nos habla de los peligros de una vuelta al campo. Y caricaturiza las comunidades rurales. Las desacredita diciendo que el deseo de ir al campo a tu rollo es más viejo que el mundo. Nada, la cabezonería de unos pesaos que se empeñan en que no les dirija nadie la vida. Unos ilusos, claro que sí.

Es mejor llevar una vida tranquila dentro del rebaño. Con tu mini-piso en un hormiguero convencional de cualquier ciudad. Esperando a que unos tíos muy listos descubran los secretos de la energía de fusión. De eso va al final la cosa, de los héroes que nos van a salvar a todos. Gente como el autor del artículo. Responsables, trabajadores, super-listos. Los especialistas en crear lo que sea. Sin intrusismos. Les debe espantar la idea de un mundo en el que la creatividad sea cosa de todos. Donde todo el mundo ponga a funcionar la cabeza para resolver los problemas desde abajo. Curioso que critica las estrategias “top-down” para luego pasar a vendernos una como un piano.

La triste realidad es que los movimientos de repoblación rural son minoritarios. Y en cambio hay gente a patadas saliendo a manifestarse para que todo vuelva a ser como antes, y lloriqueando por los recortes. Gente que está deseando conseguir un trabajo para comprarse un piso, un coche, etc. Lo normal vamos.

El autor de Historia-Economía-Filosofía no es el único al que le flipa la tecnología. Pero la tecnología no es un ente con vida propia. Responde a unos requerimientos concretos. Y si vamos a hablar de tecnología, hablemos de una que esté al servicio de otras necesidades. Y no lo que estos mandaos diseñan para servir a los intereses de sus amos. Porque donde ellos ven progreso no hay otra cosa que destrucción.

Quien tenga interés en una auténtica visión holística del mundo. Un análisis riguroso de la historia y el presente, que lea a Félix Rodrigo Mora, y se deje de imitadores salidos de la maquinaria de adoctrinamiento universitaria.

lunes, 8 de octubre de 2012

El derecho a ser amaestrados

Ahora que tanta gente se manifiesta en defensa de la educación estatal, estaría bien recordar aquel famoso tema de Pink Floyd.

Another brick in the wall

We don't need no education
We dont need no thought control

No dark sarcasm in the classroom
Teachers leave them kids alone

Hey! Teachers! Leave them kids alone!
All in all it's just another brick in the wall
All in all you're just another brick in the wall

We don't need no education
We dont need no thought control

No dark sarcasm in the classroom
Teachers leave them kids alone

Hey! Teachers! Leave them kids alone!
All in all it's just another brick in the wall
All in all you're just another brick in the wall

"Wrong, Do it again!"
"If you don't eat your meat
you can't have any pudding
How can you have any pudding
if you don't eat your meat?"
"You! Yes, you behind the bike sheds
stand still laddie!"

martes, 28 de agosto de 2012

Recortes. No a la privatización y no al estado


Sobre los recortes, ya deberíamos estar planteándonos soluciones fuera de las opciones oficiales. Fuera del aburrido partido de tenis entre "público" y privado. Ocurre que aquí tenemos una manipulación más del lenguaje. Detrás del amigable término: "público" se esconde lo "estatal". Y esta es la trampa en la que caemos. Casi nadie cuestiona al estado. Es tan grande que lo tenemos delante y no lo vemos.

No estoy a favor de la privatización de los servicios públicos, pero tampoco quiero un monstruoso aparato estatal haciéndose cargo de ellos. Aunque nunca se hable de ella, existe otra opción. Una gestión popular. Para que sean verdaderamente servicios públicos.

A estas alturas deberíamos habernos dado cuenta de lo ineficaz que resulta el estado como intermediario. A la vista están el esperpéntico derroche, la corrupción, los privilegios, etc. Si no lo vemos estamos ciegos.

Y ahora todo el mundo está de acuerdo en clamar contra los recortes. Pero ni una palabra para cuestionar al estado. Ya lo dijo Benito Mussolini: "Todo dentro del Estado, nada fuera del Estado, nada contra el Estado"

Habría que ver lo que se puede hacer con los miles de euros por persona que nos quitan en concepto de seguridad social, por ejemplo. Nuestro deber es desobedecer. Negarnos a seguir alimentando al monstruo. Dejar de pagar impuestos, organizarnos, y gestionar nosotros mismos nuestras necesidades.

Por lo menos deberíamos empezar a pensar en como hacer esto. Y dejar de seguir la pelota entre ESTATAL y privado.

martes, 24 de enero de 2012

Hispanistán, reino de cretinos


Vivo en un país en el que torturan animales por diversión, legalmente, y lo llaman arte, pero te pueden meter un año en la cárcel por escribir algo políticamente incorrecto en internet. Vivo en un país donde hay millones de casas vacías deteriorándose, pero la gente malvive compartiendo piso, algunos comparten hasta la cama, hacinados en viviendas miserables, por las que pagan una barbaridad. Otros muchos viven con sus familias, en una adolescencia interminable. Vivo en un país formado por individuos sumisos, que trabajan para pagar su jaula. Además gran parte de sus ingresos se va en impuestos, que se dedican a construir infraestructuras demenciales, proyectos faraónicos, a mantener el modo de vida de unos fulanos que acumulan privilegios, y se ríen en su cara. Unos fulanos que van tan tranquilos por la calle, que no tienen nada que temer, pues los borregos no son peligrosos. Vivo en un país donde la gente es ignorante por elección, y presume de su ignorancia. Vivo en un país donde la inmensa mayoría de sus habitantes no tienen intención real de resolver los problemas, pues ellos son el problema. Vivo en un país donde a un chaval de 23 años le registran la casa y lo llevan detenido por hacer apología del terrorismo en las letras de sus canciones, aunque gran parte de la población sea fascista y ensalce el franquismo a diario, sin ningún pudor. Donde en un foro se puede ver a mucha gente jaleando la muerte de un chico de 16 años, escapando de la policía, por intentar robar una moto. Vivo en un país donde los más tontos prosperan, mientras los superdotados son marginados, empujados al suicidio en muchos casos. Algunos consiguen escapar a otro sitio. Otros muchos se hacen los tontos para sobrevivir. Vivo en un país donde las relaciones sociales están bañadas en alcohol. Vivo en un país donde te tropiezas con la miseria a cada paso, pero la gente mira a otro lado, pues son ganas de deprimirse. Prefieren mirar la televisión de su cutre sala de estar, para seguir la vida de luz y color de los ricos y famosos. Vivo en un país...
Asco, náusea, desesperación. Maldito, maldito país.
Suerte que tenemos los libros, la música, y tanta belleza en este mundo en la que refugiarnos y olvidar donde estamos.