martes, 24 de enero de 2012

Hispanistán, reino de cretinos


Vivo en un país en el que torturan animales por diversión, legalmente, y lo llaman arte, pero te pueden meter un año en la cárcel por escribir algo políticamente incorrecto en internet. Vivo en un país donde hay millones de casas vacías deteriorándose, pero la gente malvive compartiendo piso, algunos comparten hasta la cama, hacinados en viviendas miserables, por las que pagan una barbaridad. Otros muchos viven con sus familias, en una adolescencia interminable. Vivo en un país formado por individuos sumisos, que trabajan para pagar su jaula. Además gran parte de sus ingresos se va en impuestos, que se dedican a construir infraestructuras demenciales, proyectos faraónicos, a mantener el modo de vida de unos fulanos que acumulan privilegios, y se ríen en su cara. Unos fulanos que van tan tranquilos por la calle, que no tienen nada que temer, pues los borregos no son peligrosos. Vivo en un país donde la gente es ignorante por elección, y presume de su ignorancia. Vivo en un país donde la inmensa mayoría de sus habitantes no tienen intención real de resolver los problemas, pues ellos son el problema. Vivo en un país donde a un chaval de 23 años le registran la casa y lo llevan detenido por hacer apología del terrorismo en las letras de sus canciones, aunque gran parte de la población sea fascista y ensalce el franquismo a diario, sin ningún pudor. Donde en un foro se puede ver a mucha gente jaleando la muerte de un chico de 16 años, escapando de la policía, por intentar robar una moto. Vivo en un país donde los más tontos prosperan, mientras los superdotados son marginados, empujados al suicidio en muchos casos. Algunos consiguen escapar a otro sitio. Otros muchos se hacen los tontos para sobrevivir. Vivo en un país donde las relaciones sociales están bañadas en alcohol. Vivo en un país donde te tropiezas con la miseria a cada paso, pero la gente mira a otro lado, pues son ganas de deprimirse. Prefieren mirar la televisión de su cutre sala de estar, para seguir la vida de luz y color de los ricos y famosos. Vivo en un país...
Asco, náusea, desesperación. Maldito, maldito país.
Suerte que tenemos los libros, la música, y tanta belleza en este mundo en la que refugiarnos y olvidar donde estamos.