martes, 24 de marzo de 2020

La verdadera crisis


La realidad es compleja y ocurre constantemente:
Cuando alguien reduce ciertos temas a una explicación corta, algo que llega a la gente y suena muy bien y le aplauden, es mentira.
Detrás de crisis climáticas, virus y otra propaganda está la verdadera crisis de la que poca gente habla. No me refiero a la crisis financiera, se trata de lo que de verdad está marcando los tiempos, esas fechas en las agendas que siguen los políticos. Estoy hablando de la crisis energética.

El comportamiento humano debe ser uno de los temas más estudiados. Quienes nos conocen mejor que nosotros mismos utilizan este conocimiento contra nosotros.
Algo que veo por todos lados es nuestra tendencia a meternos en grupitos, apuntarnos a ideologías más o menos oficiales, paquetes de pensamiento. Después prestamos atención a lo que encaja con el mapa de la realidad que ya tenemos, y lo que no encaja lo metemos debajo de una alfombra disimuladamente. Un ejemplo de este comportamiento es la gente que muestra interés por las grandes conspiraciones que sin duda existen por un lado, y por otro el grupo de los que se interesan por temas científicos como la crisis energética. Seguramente la mayoría no reconocería estar en ningún grupo, pero lo cierto es que rara vez estas personas mantendrán contacto y mucho menos un debate enriquecedor, de haber algún contacto probablemente sea para atacarse, al igual que hacen el resto de grupos. Por supuesto esto es fomentado y aprovechado por esa gente que tan bien nos conoce.
A quienes nos controlan les gusta causar confusión y que les veamos como algo sobrenatural. Una buena imagen de esto es El mago de Oz. Cuando entran a ver al mago se encuentran con un espectáculo teatral destinado a intimidarlos, la realidad es un viejecito moviendo palancas detrás de una cortina. Aquí llegamos a la crisis energética. Parece que nuestros todopoderosos controladores detrás de la cortina no conocen limitaciones físicas de ningún tipo, pero lo cierto es que es todo un gran teatro. En gran parte su poder viene del derroche de recursos fósiles. Detrás del circo financiero hay algo real, la brutal energía concentrada del petróleo. No es un recursos más. Párate a mirar cualquier cosa, la ropa que llevas puesta, los cacharros que utilizas, lo que comes. No es ningún secreto que este tinglao económico depende de los combustibles fósiles.

La verdadera crisis que estamos viviendo es la energética. El petróleo no se acaba de un día para otro pero no hace falta. Es un problema complejo y no soy ningún experto en el tema. Básicamente lo que nos importa es la energía neta que nos proporcionan los combustibles fósiles, la que nos queda después de restar la energía que hemos consumido para extraerlos. Esta energía neta depende de lo que llaman la tasa de retorno, la relación entre lo que inviertes y lo que obtienes. Cuanto más baja es esta tasa más impacto tiene en la energía neta. Viéndolo en una gráfica no hay mucho que decir. Lo llaman el precipicio de la energía neta. Y ahí es donde estamos, al borde de un precipicio.
Esto es lo que está pasando detrás de tantas cortinas de humo y tantos cretinos aplaudiendo en los balcones.